Fuente: Niki Jogensen, miembro del consejo de Forbes, May 20, 2025, Forbes.
La lección clave es que las organizaciones necesitan planes de recuperación de crisis más detallados y realistas, capaces de activarse tan pronto ocurre una interrupción significativa—desde desastres naturales hasta brechas de ciberseguridad—para asegurar la continuidad operativa. En Perú, donde el sector financiero ya ha enfrentado incidentes como ciberataques y fallas tecnológicas, esta necesidad es aún más urgente. No basta con un documento genérico: las empresas deben elaborar protocolos específicos, asignar roles y recursos claramente, y entrenar a sus equipos regularmente. Tener un plan robusto no solo protege los activos e infraestructura, sino que fortalece la confianza de clientes, colaboradores y reguladores. Las entidades financieras peruanas, afectadas recientemente por robos de datos y caídas de sistemas, pueden beneficiarse enormemente al incorporar simulacros, definir rutas alternativas y establecer comunicación efectiva con stakeholders clave. Este enfoque proactivo permite una respuesta coordinada, minimiza tiempos de inactividad y reduce el impacto reputacional. En definitiva, la inversión en planificación detallada y preparación no es un costo, sino una herramienta esencial para la resiliencia corporativa. Ante cualquier eventualidad, la capacidad de recuperarse con rapidez es la diferencia entre sobrevivir o colapsar en el entorno competitivo actual.